Porque es donde tu sistema necesita ser afinado, como un instrumento, para mejorar sus funciones. Esta elección está basada en nuestra propia experiencia y la de otros que trabajaron con esta técnica en el pasado. La acupuntura es una técnica muy rica, con muchas escuelas y estilos que tienen sus raíces muy atrás en el tiempo.
Una sesión de acupuntura es como si llevaras tu coche o tu bicicleta al taller. Una serie de sesiones al año es como un trabajo de mantenimiento y puesta a punto. Con este mantenimiento podemos reducir las posibilidades de “avería” tanto a nivel físico como mental.
Los acupuntores conocemos que partes del sistema necesita ser ajustada o equilibrada siguiendo las señales que nuestro cuerpo ofrece (pulso, lengua, sensación térmica etc…). Estos detalles pueden decirnos que zonas están trabajando correctamente y cuales están sufriendo, buscando un patrón de des-equilibrio.
Una forma sencilla de entender nuestro trabajo es pensar en nuestro cuerpo como una gran autopista muy transitada. Imaginaros que nuestro cuerpo es como la entrada de la Y en nuestra ciudad. Pensar en las zonas donde tenemos tensiones o malestares como un gran atasco (todos los coches parados, una larga cola y mucha tensión). Lo mismo sucede en nuestro cuerpo, una congestión en una zona, aumenta la temperatura, aumenta la tensión y el tono. Elegimos puntos alejados de la zona de dolor (por ejemplo en las manos y los pies para un dolor de cabeza) siguiendo criterios que relacionan las partes del cuerpo y los canales superficiales y profundos, consiguiendo el mismo efecto que conseguiríamos desviando el tráfico en mitad del atasco a una carretera secundaria descongestionando el embotellamiento o mejorando la circulación de nuestros fluidos, filtrando nuestra toxicidad y mejorando el movimiento.