Todas las personas que estudiamos acupuntura tenemos en algún momento la sensación de que hicimos un gran esfuerzo personal y económico para estudiar una técnica que sabemos que funciona, pero no podemos utilizarla porque mucha gente de nuestro entorno no se la puede permitir. Con el paso del tiempo muchos/as decaen y acaban trabajando de otras cosas y la acupuntura se convierte en un título más que se almacena en los C.V. Esa gran contradicción es el motor de esta historia y punto de partida para dos motivaciones principales:
1- Permitir el acceso a esta técnica a un mayor número de personas, evitando que se convierta en un lujo accesible sólo a una minoría.
2- Encontrar un modelo de negocio que permita a las/os acupuntoras/es encontrar una forma viable y justa de ejercer su profesión, convirtiendo la acupuntura en algo conocido y respetado por su utilidad y eficacia.
Este proyecto no habría sido posible sin la inspiración y el apoyo de la gente de POCA (People´s Organization of Community Acupuncture) y en especial de Lisa Rohleder cuyo libro «Acupuncture is like noodles ( the little red book of working class acupunture)” es para mí una inspiración constante.
Desde este punto de vista el proyecto de El Roble es un mensaje en una botella para todos las/os acupuntoras/es, pues esto que ahora es sólo una idea, podría llegar a ser un movimiento. Si uno de nosotras/os puede hacerlo, muchas/os más podrán hacerlo